HISTORIAS ANCESTRALES, LOS PUEBLOS HABLAN
Hecho, Siresa, Urdués, Embún y Santa Lucía son los cinco pueblos que forman parte del Valle de Hecho. La arquitectura tradicional, la gastronomía, la calma y sus fiestas y costumbres te asombrarán.
Hecho
Casonas de piedra, arquitectura tradicional bien conservada, rica historia y un enclave natural envidiable hacen de la Villa de Hecho un lugar idóneo para tus días de vacaciones
Naturaleza, actividades, servicios y buena gastronomía completarán una experiencia tan sencilla como satisfactoria.
Descubre la vitalidad del valle en su vida cotidiana y sus costumbres. Escucha el aragonés-cheso, conoce su folclore, sus museos… pero también sus fiestas y festivales, eventos deportivos y culturales.
"Pueblo precioso del Pirineo aragonés, con mucha cultura, entorno natural, y sin masificar de turismo. Perfecto para descansar y hacer rutas por la naturaleza"
Siresa
La iglesia-monasterio es una visita obligada.
A solo 2 kilómetros de Hecho, la villa de Siresa ha estado habitada desde la prehistoria, en ella se conserva una de las joyas del románico aragonés, la iglesia del conjunto monástico de San Pedro (siglos IX al XI)
Sus muros hablan de Historia y de Leyendas y cobijan obras de arte como el impresionante Cristo del siglo XIII.
"El pueblo es pequeñito y encantador y en su monasterio nos encontramos una joya, su Cristo merece el desplazamiento. Magnífico"
Embún
Situado a la entrada del valle de Hecho, Embún se encarama en un altozano que domina la fértil vega de la margen derecha del río Aragón Subordán
La localidad es famosa por el cultivo de unas finas alubias llamadas boliches.
Callejeando encontraremos bonitos rincones y conoceremos las andanzas de uno de sus más ilustres vecinos, Miguel Sarasa i Lobera.
"Merece la pena parar antes de llegar a Hecho y visitar su museo etnológico y el pintoresco bar de la plaza"
Urdués
Tranquila localidad escondida entre colinas, a solo 9 km de Hecho
Bien conservada, con sus casas de piedra y su iglesia románica, puede ser un bonito destino para llegar a ella andando en tan sólo 90 minutos, tal y como se desplazaban antes los vecinos entre pueblos. Si caminamos un poco más llegaremos a la Ermita de Catarecha que celebra su romería a principios del mes de junio.
"Un lugar perfecto para desconectar, rodeado de montañas y con mucho encanto"